El Sistema Nervioso
Cuando tu cuerpo está en movimiento
al mismo tiempo hace otro tipo de funciones, como respirar o escuchar los
sonidos a tu alrededor, mientras que tu corazón bombea sangre a tu cuerpo. Quizá
también tu estómago esté digiriendo algún alimento que consumiste. Y todo esto
lo coordina tu sistema nervioso.
El cerebro tiene una superficie
compleja caracterizada por hendiduras y pliegues. Existen dos tipos de
movimientos: voluntarios e involuntarios.
Los movimientos voluntarios se controlan de manera consciente,
por ejemplo caminar, escribir y lanzar una pelota.
Los movimientos involuntarios, se realizan de manera
inconsciente, por ejemplo, los latidos del corazón, la respiración y los
movimientos intestinales.
El sistema nervioso se divide en
dos, sistema nervioso central y sistema nervioso periférico.
El sistema nervioso central, está
constituido por el encéfalo y la médula espinal.
El sistema nervioso periférico, lo conforman los nervios que nacen del cerebro y de la médula espinal y llegan a todas las partes del cuerpo por medio de fibras nerviosas.
El sistema nervioso periférico, lo conforman los nervios que nacen del cerebro y de la médula espinal y llegan a todas las partes del cuerpo por medio de fibras nerviosas.
El encéfalo se encuentra
dentro del cráneo y consta de varias estructuras; cada una realiza distintas
funciones, como se indica a continuación:
Cerebro: es el órgano más grande
del encéfalo, está dividido en dos mitades o hemisferios y presenta hendiduras
y pliegues que le dan el aspecto de una nuez pelada.
El cerebro almacena
enormes cantidades de información, realiza millones de actividades todos los
días y es capaz de llevar a cabo varias acciones al mismo tiempo. Es un órgano
tan complejo que no se conoce al detalle su funcionamiento completo.
Tálamo: se encuentra en el centro del encéfalo, recibe las señales enviadas por los sentidos y las reenvía a distintas áreas del cerebro para su procesamiento.
Además, son una reacción de protección ante
quemaduras, machucones y otras sensaciones que nos alertan de un peligro
De los 206 huesos que forman el esqueleto humano, alrededor de la mitad corresponden a los que se encuentran en las manos y pies. En las mano hay 27 huesos y en cada pie 30, todos articulados de manera que permiten hacer diferentes movimientos.
La columna vertebral
es una estructura en forma de tallo que corre
lo largo del tronco y que va desde la cabeza hasta la cadera.
Sistema Nervioso
Tálamo: se encuentra en el centro del encéfalo, recibe las señales enviadas por los sentidos y las reenvía a distintas áreas del cerebro para su procesamiento.
Cerebelo: es el
segundo órgano más grande del encéfalo, su función es mantener el equilibrio y
controlar los movimientos finos.
Hipotálamo: se
encarga de algunas funciones corporales, como regular la temperatura y
percibirlas señales de sueño, hambre y sed. También es el responsable de las
manifestaciones emocionales; como la amistad, el cariño y el amor.
Bulbo raquídeo: es
el encargado de transmitir mensajes entre el cerebro y el cuerpo; controla
funciones básicas como el latido del corazón, la digestión y la respiración.
Médula espinal: es
la prolongación del encéfalo, tiene forma de cordón y corre por dentro de la
columna vertebral, que la protege. De ella nacen los nervios periféricos, que
permiten movimientos voluntarios e involuntarios, sensaciones y reflejos.
Las neuronas detectan el dolor y llevan las sensaciones
físicas al cerebro, el cual procesa la información.
El dolor no se siente hasta que el cerebro lo percibe como
tal.
Los movimientos involuntarios, conocidos como reflejos,
controlan diferentes funciones del cuerpo humano y se generan de manera
automática.
De los 206 huesos que forman el esqueleto humano, alrededor de la mitad corresponden a los que se encuentran en las manos y pies. En las mano hay 27 huesos y en cada pie 30, todos articulados de manera que permiten hacer diferentes movimientos.
Está formada por vértebras cervicales, torácicas y lumbares,
así como el sacro y el cóccix. La columna vertebral es el sostén de la cabeza,
y la cadera sostiene la columna.
Cada vértebra tiene un agujero, y uno tras otro en sucesión forma
el conducto raquídeo, donde se aloja la médula espinal. De ésta surgen los
nervios periféricos, que permiten diversos movimientos, sensaciones y reflejos.
Las vértebras están unidas entre sí por articulaciones,
algunas de las cuales son flexibles y permiten el movimiento, como las del
cuello, y otras son rígidas, como las del cóccix.
Algunos movimientos involuntarios son mecanismos de defensa
del cuerpo humano ante situaciones que implican un riesgo. Sin embargo, aun así podemos sufrir
accidentes y tener lesiones.
Éstas pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo, pero
se manifiestan con mayor frecuencia en el aparato locomotor, en la piel o el
sistema nervioso.
Es importante mantener sano y en condiciones óptimas el
sistema nervioso.
Prevención de infecciones en el sistema nervioso
El sistema nervioso puede ser
afectado por infecciones; ejemplos de este tipo de infecciones son la
poliomielitis y la cisticercosis, que pueden tener consecuencias graves, u otras
como la hidrofobia (rabia), de consecuencias fatales, por lo que deben ser
atendidas a la brevedad posible.
Para evitar la poliomielitis se
requiere estar vacunado. Y en el caso de la cisticercosis, se puede evitar
consumiendo carne en buen estado y cuidando que quede bien cocida. En cuanto a
la rabia, si se convive con animales domésticos, se deben de vacunar contra
esta enfermedad. En caso de sufrir una
mordedura, deberán acudir de forma inmediata al doctor, hospital o alguna
unidad de salud más cercano.
Sistema Inmunológico
El cuerpo humano puede dañarse de forma interna o externa
por lesiones visibles que afectan a algunos aparatos y sistemas que regulan
muchas funciones, pero también pueden dañarse por causas que no se notan a
simple vista, como las enfermedades e infecciones.
Algunas de estas enfermedades e infecciones se contraen en
el medio y afectan órganos y sistemas como el respiratorio o el digestivo.
El cuerpo cuenta con un sistema que proporciona inmunidad al
contrarrestar estas enfermedades e infecciones; para reforzar tal sistema se
aplican las vacunas, que evitan algunas infecciones o las vuelven menos
agresivas.
El cuerpo humano cuenta con una primera barrera de defensa
contra agentes externos. Esta barrera está constituida por: piel, secreciones,
vellos de la nariz y cerumen de los oídos, entre otros.
El sistema inmunológico es capaz de detectar y eliminar
microorganismos que producen enfermedades, así como de destruir células dañinas
provenientes del mismo organismo, por ejemplo, las de algún tumor.
El proceso de defensa se activa de manera inmediata, aunque
el cuerpo tarda cierto tiempo en contrarrestar los microorganismos y virus que
provocan la enfermedad.
El sistema inmunológico ya ha producido anticuerpos contra
algún microorganismo o virus que causó la enfermedad, guarda memoria del suceso
y en la siguiente ocasión tardará menos en responder a la infección, ya sea
impidiendo que se desarrolle o que ésta sea menos agresiva.
Una dieta correcta y una adecuada hidratación basadas en el
plato del bien comer y la jarra del buen beber proporcionan a tu cuerpo los
nutrimentos indispensables para fortalecer tu sistema inmunológico.
Las
epidemias
Los microbios y los virus han devastado poblaciones enteras
y destruido imperios a lo largo de la historia.
La mezcla de la población, el mestizaje, el intercambio
comercial y las guerras han sido las causas de la diseminación de las epidemias
y han provocado muertes.
Algunos virus presentan características especiales, y esto
impide conocerlos a profundidad para poder combatirlos.
La aparición de virus como VIH desafía el conocimiento
científico y tecnológico, ya que se ha demostrado que cambia constantemente.
Por otro lado, se cuenta con vacunas para ciertos virus, como la usada para el
virus del papiloma humano (VHP), que es el causante, en algunos casos, del
cáncer cervicouterino.
En la mayor parte del
mundo las enfermedades infecciosas han sido la causa principal de la
mortalidad, pero en países en vías de desarrollo las infecciones cobran más
vidas.
En ocasiones las infecciones saltan de una especie a otra,
por lo que los seres humanos se pueden contagiar de enfermedades que se
originaron en animales o viceversa.
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