jueves, 26 de marzo de 2015

Bloque I: Tema 1: Coordinación y defensa del cuerpo humano


El Sistema Nervioso

Cuando tu cuerpo está en movimiento al mismo tiempo hace otro tipo de funciones, como respirar o escuchar los sonidos a tu alrededor, mientras que tu corazón bombea sangre a tu cuerpo. Quizá también tu estómago esté digiriendo algún alimento que consumiste. Y todo esto lo coordina tu sistema nervioso.
El cerebro tiene una superficie compleja caracterizada por hendiduras y pliegues. Existen dos tipos de movimientos: voluntarios e involuntarios.

Los movimientos voluntarios se controlan de manera consciente, por ejemplo caminar, escribir y lanzar una pelota.
Los movimientos involuntarios, se realizan de manera inconsciente, por ejemplo, los latidos del corazón, la respiración y los movimientos intestinales.


El sistema nervioso central y el sistema 

nervioso periférico

El sistema nervioso se divide en dos, sistema nervioso central y sistema nervioso periférico.

El sistema nervioso central, está constituido por el encéfalo y la médula espinal. 

El sistema nervioso periférico,  lo conforman los nervios que nacen del cerebro y de la médula espinal y llegan a todas las partes del cuerpo por medio de fibras nerviosas.













El encéfalo se encuentra dentro del cráneo y consta de varias estructuras; cada una realiza distintas funciones, como se indica a continuación:


Cerebro: es el órgano más grande del encéfalo, está dividido en dos mitades o hemisferios y presenta hendiduras y pliegues que le dan el aspecto de una nuez pelada. 
El cerebro almacena enormes cantidades de información, realiza millones de actividades todos los días y es capaz de llevar a cabo varias acciones al mismo tiempo. Es un órgano tan complejo que no se conoce al detalle su funcionamiento completo.

Tálamo: se encuentra en el centro del encéfalo, recibe las señales enviadas por los sentidos y las reenvía a distintas áreas del cerebro para su procesamiento.


Cerebelo: es el segundo órgano más grande del encéfalo, su función es mantener el equilibrio y controlar los movimientos finos.

Hipotálamo: se encarga de algunas funciones corporales, como regular la temperatura y percibirlas señales de sueño, hambre y sed. También es el responsable de las manifestaciones emocionales; como la amistad, el cariño y el amor.

Bulbo raquídeo: es el encargado de transmitir mensajes entre el cerebro y el cuerpo; controla funciones básicas como el latido del corazón, la digestión y la respiración.

Médula espinal: es la prolongación del encéfalo, tiene forma de cordón y corre por dentro de la columna vertebral, que la protege. De ella nacen los nervios periféricos, que permiten movimientos voluntarios e involuntarios, sensaciones y reflejos. 




Las neuronas detectan el dolor y llevan las sensaciones físicas al cerebro, el cual procesa la información.

El dolor no se siente hasta que el cerebro lo percibe como tal. 



Los movimientos involuntarios, conocidos como reflejos, controlan diferentes funciones del cuerpo humano y se generan de manera automática.

Además, son una reacción de protección ante quemaduras, machucones y otras sensaciones que nos alertan de un peligro




De los 206 huesos que forman el esqueleto humano, alrededor de la mitad corresponden a los que se encuentran en las manos y pies. En las mano hay 27 huesos y en cada pie 30, todos articulados de manera que permiten hacer diferentes movimientos.















La columna vertebral es una estructura en forma de tallo que corre  lo largo del tronco y que va desde la cabeza hasta la cadera.
Está formada por vértebras cervicales, torácicas y lumbares, así como el sacro y el cóccix. La columna vertebral es el sostén de la cabeza, y la cadera sostiene la columna.

Cada vértebra tiene un agujero, y uno tras otro en sucesión forma el conducto raquídeo, donde se aloja la médula espinal. De ésta surgen los nervios periféricos, que permiten diversos movimientos, sensaciones y reflejos.
Las vértebras están unidas entre sí por articulaciones, algunas de las cuales son flexibles y permiten el movimiento, como las del cuello, y otras son rígidas, como las del cóccix. 



Algunos movimientos involuntarios son mecanismos de defensa del cuerpo humano ante situaciones que implican un riesgo. Sin embargo, aun así podemos sufrir accidentes y tener lesiones.
Éstas pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo, pero se manifiestan con mayor frecuencia en el aparato locomotor, en la piel o el sistema nervioso.
Es importante mantener sano y en condiciones óptimas el sistema nervioso.



Prevención de infecciones en el sistema nervioso

El sistema nervioso puede ser afectado por infecciones; ejemplos de este tipo de infecciones son la poliomielitis y la cisticercosis, que pueden tener consecuencias graves, u otras como la hidrofobia (rabia), de consecuencias fatales, por lo que deben ser atendidas a la brevedad posible.
Para evitar la poliomielitis se requiere estar vacunado. Y en el caso de la cisticercosis, se puede evitar consumiendo carne en buen estado y cuidando que quede bien cocida. En cuanto a la rabia, si se convive con animales domésticos, se deben de vacunar contra esta enfermedad.  En caso de sufrir una mordedura, deberán acudir de forma inmediata al doctor, hospital o alguna unidad de salud más cercano.


Sistema Inmunológico


El cuerpo humano puede dañarse de forma interna o externa por lesiones visibles que afectan a algunos aparatos y sistemas que regulan muchas funciones, pero también pueden dañarse por causas que no se notan a simple vista, como las enfermedades e infecciones.
Algunas de estas enfermedades e infecciones se contraen en el medio y afectan órganos y sistemas como el respiratorio o el digestivo.
El cuerpo cuenta con un sistema que proporciona inmunidad al contrarrestar estas enfermedades e infecciones; para reforzar tal sistema se aplican las vacunas, que evitan algunas infecciones o las vuelven menos agresivas.
El cuerpo humano cuenta con una primera barrera de defensa contra agentes externos. Esta barrera está constituida por: piel, secreciones, vellos de la nariz y cerumen de los oídos, entre otros.
El sistema inmunológico es capaz de detectar y eliminar microorganismos que producen enfermedades, así como de destruir células dañinas provenientes del mismo organismo, por ejemplo, las de algún tumor.
El proceso de defensa se activa de manera inmediata, aunque el cuerpo tarda cierto tiempo en contrarrestar los microorganismos y virus que provocan la enfermedad.
El sistema inmunológico ya ha producido anticuerpos contra algún microorganismo o virus que causó la enfermedad, guarda memoria del suceso y en la siguiente ocasión tardará menos en responder a la infección, ya sea impidiendo que se desarrolle o que ésta sea menos agresiva.
Una dieta correcta y una adecuada hidratación basadas en el plato del bien comer y la jarra del buen beber proporcionan a tu cuerpo los nutrimentos indispensables para fortalecer tu sistema inmunológico.


Las epidemias

Los microbios y los virus han devastado poblaciones enteras y destruido imperios a lo largo de la historia.
La mezcla de la población, el mestizaje, el intercambio comercial y las guerras han sido las causas de la diseminación de las epidemias y han provocado muertes.
Algunos virus presentan características especiales, y esto impide conocerlos a profundidad para poder combatirlos. 



La aparición de virus como VIH desafía el conocimiento científico y tecnológico, ya que se ha demostrado que cambia constantemente. 

Por otro lado, se cuenta con vacunas para ciertos virus, como la usada para el virus del papiloma humano (VHP), que es el causante, en algunos casos, del cáncer cervicouterino.



En la mayor parte del mundo las enfermedades infecciosas han sido la causa principal de la mortalidad, pero en países en vías de desarrollo las infecciones cobran más vidas.

En ocasiones las infecciones saltan de una especie a otra, por lo que los seres humanos se pueden contagiar de enfermedades que se originaron en animales o viceversa.










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Sistema Nervioso

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